martes, 30 de junio de 2015

¿EN QUE SE BASA LA RELACIÓN MENTE-CUERPO?

En no pocas ocasiones el malestar psicológico se acompaña de malestar físico, ya sea en forma de dolores orgánicos, tensión muscular o malestar general. Esto es debido a que somos un “todo” y nuestra mente está en continuo diálogo con nuestro cuerpo y con las emociones, que se transmiten a través del cuerpo. Las emociones son las respuestas de nuestro organismo a los estímulos del entorno y son mucho más directas y automáticas que los pensamientos. Repetimos, porque es fundamental, que las emociones se manifiestan a través del cuerpo y si queremos conseguir una óptima salud emocional tenemos que escuchar las señales corporales. 
Por este motivo Centro Madá da un paso adelante en su compromiso con el bienestar emocional añadiendo tres nuevos servicios complementarios a la Psicoterapia (Cognitivo-conductual basada en Midnfulness) y los grupos de teoría y práctica de Meditación (Mindfulness). Estos son:
  • Clases grupales de Yoga integral
  • Quiromasaje relajante y terapeútico y Reflexología
  • Entrenamiento en coherencia cardíaca.

Cada vez son más los médicos que recomiendan estos métodos para tratar y aliviar los trastornos derivados del estrés y aquellos relacionados con las posturas y la tensión muscular.  


Centro Madá es un centro de bienestar emocional y crecimiento personal en Alcalá de Henares. Psicología Clínica, Reiki, Meditación, Midnfulness, Yoga, Quiromasaje, Reflexología Podal, Coherencia Cardiaca y Cursos de crecimiento personal.

viernes, 17 de abril de 2015

EN BUSCA DE LA FELICIDAD: TIPOS

En los post anteriores hablamos del sufrimiento y en este vamos a hablar de la FELICIDAD entendida como búsqueda para escapar del sufrimiento o, al menos, minimizarlo.

FELICIDAD ALEGRÍA.

La más básica. Estaría relacionada con la satisfacción de los instintos básicos y relacionada con todos aquellos placeres que conseguimos a través de los sentidos.

- Alimentos, agua, sexo, ropa y alojamiento.
- Alcohol, drogas, deportes en general y extremos en particular, etc.
- Jugar a la consola, TV, chatear, redes sociales.
- Necesidad de sentirse joven y atractivo. La mente se dirige hacia la superficialidad como la forma de vestir, tatuajes, piercings, y todos los aspectos relacionados con la imagen. Se busca lo externo para fortalecer la autoimagen. Es una actitud típica de la adolescencia cuando se está formando el Ego.

Es un tipo de felicidad inmediata, de intensidad alta y con grandes picos de adrenalina y serotonina.
Su efecto es poco profundo, al poco tiempo de acabar el estímulo que la originó cesa también la generación de hormonas y con ello la sensación de felicidad. Genera dependencia y nos podemos volver adictos a ella.


FELICIDA BURDA

Es más sólida que la anterior porque está basada en aspectos menos superficiales.  Está representada por la clásica imagen de las películas en las que la felicidad es vista como un matrimonio perfecto con hijos estupendos, una casa grande y todo tipo de comodidades.
En este nivel se empieza a valorar más la amistad, la familia, los hijos, tener un trabajo estable, desarrollarnos profesionalmente, tener una casa grande y bonita y todos los aspectos asociados. Requiere mayor esfuerzo que el tipo de felicidad anterior.

Aunque ambos tipos de felicidad son necesarios tienen algunas limitaciones ligadas a la impermanencia de las cosas porque todo lo vamos a ir perdiendo a lo largo de la vida. La salud, el trabajo, algunos amigos y familiares. Los hijos también se marcharán de casa. 
Y es que por muy atractiva y estable que parezca este tipo de felicidad quizá sea un error dedicar todos nuestros esfuerzos únicamente en cultivar estos tipos de felicidad porque nunca llegamos a estar plenamente satisfechos.


FELICIDAD INTERIOR

Es posible que como fruto de la consciencia o debido a alguna situación difícil derivada de algún tipo de pérdida, empecemos a buscar respuestas y otro tipo de felicidad diferente. Quizá seamos conscientes de que la felicidad no la podemos buscar solamente en las cosas externas.
Es la felicidad que se puede buscar en las creencias o terapias alternativas. 
Este tipo de felicidad proporciona una buena dosis de seguridad y felicidad pero en ocasiones no es suficiente para afrontar los problemas derivados de la vida. A veces fracasa ante los verdaderos problemas


FELICIDAD NATURAL

Busca la felicidad en el conocimiento de nosotros mismos, en nuestra propia naturaleza. Es más difícil de desarrollar y requiere una gran capacidad puesto que aunque al ser natural es una capacidad implícita al ser humano, el Ego, nuestros patrones limitantes de pensamiento, las creencias erróneas y los hábitos arraigados impiden que surja espontáneamente.
Es la felicidad que se busca a través del desarrollo personal, el coaching, la psicología, etc. 
Es una felicidad ilimitada, incondicional y a largo plazo.

El hecho de haber clasificado la felicidad en estos cuatro tipos no quiere decir que tengamos que rechazar ninguna de ellas. A lo largo de la vida iremos descubriendo los diferentes tipos. Lo importante es que seamos conscientes de las características de cada una de ellas, sus beneficios y sus limitaciones. El problema puede surgir cuando nos quedamos atrapados en los primeros tipos de felicidad.


Cursos y talleres intensivos de fin de semana de MINDFULNESS y HO'OPONOPONO en Centro Madá Alcalá de Henares, centro de psicología cognitivo conductual especializado en gestión de estrés y ansiedad. 

TIPOS DE SUFRIMIENTO

En el post anterior hablábamos del sufrimiento como algo inherente a la vida. En éste, vamos a hacer un pequeño repaso a los diferentes tipos de sufrimiento.


EL DOLOR:

Hace referencia al sufrimiento relacionado con el dolor físico. Es el más evidente y prácticamente todo ser vivo es consciente de él.


EL SUFRIMIENTO DEL CAMBIO:

Este sufrimiento está relacionado con las pérdidas de lo que consideramos valioso o necesario, aquello que nos produce placer. Tiene mucho que ver con el apego y el miedo, el miedo siempre surge ante la amenaza de pérdida o cambio.
El sufrimiento surge de la falta de aceptación de la impermanencia de las cosas. Se consideran sufrimiento en sí mismas porque no perduran. Cualquier buena experiencia se acaba sin satisfacernos plenamente y, en cambio, nos lleva a desear repetirla, con la esperanza de encontrar la satisfacción que creemos que nos debe proporcionar.
En realidad, bajo cada acción que hacemos se oculta un miedo a perder lo que tenemos y esto nos hace tremendamente infelices aunque no seamos conscientes de ello o no seamos capaces de reconocerlo.
El cambio es inevitable debido a la naturaleza impermanente de las cosas, sólo siendo conscientes de ello estaremos preparados para afrontarlo. 

EL SUFRIMIENTO QUE LO ABARCA TODO.

Es el más sutil y el más difícil de identificar. Por mucho dinero que consigamos, por mucho amor que recibamos y por muchos logros que lleguemos a alcanzar, siempre nos acompaña una sensación de vacío interior. Nos sentimos sujetos constantemente a ataduras, estamos inmersos en un ciclo de causas y efectos en el que la existencia en este momento es, a la vez, el efecto del SUFRIMIENTO pasado y la causa del SUFRIMIENTO futuro.

MIENTRAS CONTINUEMOS ESCAPANDO DE LA REALIDAD DEL SUFRIMIENTO Y NO APRENDAMOS A OBSERVAR, TRATAR HONESTAMENTE Y HACER CONSCIENTES LOS ASPECTOS DESCONTROLADOS DE LA MENTE Y LAS EMOCIONES AFLICTIVAS QUE LOS ORIGINAN, CONTINUAREMOS DANDO VUELTAS EN LA CONFUSIÓN. La conciencia del SUFRIMIENTO nos da la energía necesaria para penetrar la naturaleza de la realidad, ser conscientes de las experiencias de cada momento a través de la atención plena y dejarlas marchar.


DOLOR vs. SUFRIMIENTO
GESTIÓN EMOCIONAL. CÓMO AFRONTAR LAS EMOCIONES.



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jueves, 12 de marzo de 2015

DOLOR Y SUFRIMIENTO

"El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional"

En este post vamos a hablar del sufrimiento porque hablar de vida y de emociones es hablar indirectamente de este sustantivo del que todos intentamos huir.

¿Qué diferencia al dolor del sufrimiento?

El dolor es inevitable. A lo largo de nuestras vidas sentimos multitud de dolores físicos y emocionales. Divorcios, separaciones, muertes, problemas laborales...todas son circunstancias inherentes a la vida que nos producen un dolor para el que no estamos preparados.

Pero el sufrimiento es opcional porque surge de la resistencia al dolor. En lugar de estar preparados para mirar de frente al dolor, aceptarlo y superarlo, una y otra vez intentamos alejar al dolor de nuestras vidas a través de la negación, la proyección o la evitación. Y esta resistencia para asumir algo inevitable es lo que llamamos sufrimiento, es el dolor añadido al dolor.

Dolor * Resistencia = Sufrimiento

En el mundo de los sentidos, cuando el sufrimiento comporta mucho dolor y mucha pena, somos conscientes de que sufrimos. Pero el sufrimiento es mucho más sutil de lo que pensamos. En la vida diaria tropezamos con el sufrimiento mil veces al día sin reconocerlo. En el subconsciente aún hay más sufrimiento, del que no nos damos cuenta. A pesar de ser inconscientes, por dentro el sufrimiento está actuando y no nos permite disfrutar con plenitud del bienestar profundo y estable propio de estar vivos.

El sufrimiento forma parte de la vida pero en muy pocas ocasiones somos conscientes de ello porque dedicamos gran parte del tiempo a huir de él. Hacemos consciente el sufrimiento cuando este ya está presente sin armas para hacerle frente y mirarle a los ojos.

Obstáculos para ser conscientes de que el sufrimiento existe y nos acompaña a lo largo de nuestra vida:
  • No querer ver la realidad. En Occidente, constantemente, se nos muestra sólo la cara de la felicidad externa.
  • Creer que mirar para otro lado es la solución.
  • No entender que el sufrimiento antes o después vendrá a nuestra vida y es necesario preparar nuestra mente de la mejor manera posible.


Entender que el sufrimiento es algo inherente a la vida no es triste ni pesimista, simplemente es aceptar la realidad. Y sólo cuando somos conscientes de esto nos podremos preparar para cualquier tipo de sufrimiento. Asumir la realidad de que vida y sufrimiento son sinónimos es la única manera de poderlo afrontar emocionalmente cuando se presente. 

ORIGEN DEL SUFRIMIENTO.

Aunque como veremos más adelante hay varios tipos de sufrimiento, podríamos resumir su origen en la disonancia que se produce entre la realidad y lo que pensamos que debe de ser la realidad en función de las creencias que hemos ido acumulando a lo largo de la experiencia. El sufrimiento radica en la sensación de “injusticia” cuando las cosas no son como queremos que sean o como entendemos que deberían ser.
Realmente el sufrimiento tiene su origen en la forma de percibir el mundo.
Nuestra visión de la vida no es realista. La mayoría de nuestras experiencias placenteras dependen de objetos y situaciones externas cuya naturaleza es efímera. Cuando estas cosas cambian o desaparecen, nos aferramos a ellas sin querer aceptar la realidad de la situación. Queremos que el placer perdure y nos decepciona que no sea así. De este modo, vamos de arriba abajo, del placer al dolor y de la felicidad a la infelicidad, durante toda nuestra vida.

NEGACIÓN

Tapar y negar el sufrimiento o mirar hacia otro lado es simplemente autoengañarnos, llenar nuestra vida con distracciones que nos alivian temporalmente. Irremediablemente el sufrimiento hace aparición en algún momento y nos encuentra sin herramientas de defensa.


ACOMODACIÓN

Un efecto que sucede de forma natural es la acomodación al sufrimiento. Aunque parezca extraño, nuestra mente y nuestro cuerpo son capaces de adaptarse al sufrimiento. Esto puede parecer positivo durante un tiempo determinado, pero a la larga, engañarse, impide el crecimiento o, simplemente, llegamos a unos límites que nos desborda.
El efecto de acomodación nos lleva a estar inmersos en una especie de cárcel (fábula de la marmita) que se convierte en llamas cuando las emociones aflictivas aparecen con toda su fuerza.
Lo sensato parece, entonces, buscar una salida antes de que las llamas nos obliguen a ello. Es más lógico buscar una salida y tenerla disponible cuando queramos salir.



Habitualmente creemos que el mundo externo es lo único que puede darnos la felicidad (cosas materiales y relaciones) pero, como ya vimos al hablar de la felicidad, todo lo externo, a lo largo de la vida, desaparece. Por lo tanto, aunque disfrutemos de las cosas que la vida nos ofrece no tiene mucho sentido apegarse a ello para alcanzar la felicidad.  La única posibilidad que nos queda en buscar la felicidad en lo único que controlamos y perdura siempre, nosotros mismos y nuestro silencio interior.
Huir de nosotros mismos, tener la mente y el cuerpo ocupados en actividades, sólo es una manera de huir del sufrimiento que existe dentro de cada uno de nosotros.

La verdadera felicidad surge después del entendimiento de que el sufrimiento existe inevitablemente, está provocado por nuestras emociones aflictivas (apego, miedo, ira) y la única salida es la gestión eficaz para que nos perjudiquen lo menos posible.

Por lo tanto parece lógico pensar que la felicidad puede ir de la mano de la madurez emocional.

La conciencia de esta realidad es un paso hacia la eliminación del sufrimiento. Dejaremos de esperar que la gente y las cosas nos hagan felices y, en cambio, comprenderemos que es nuestra actitud hacia ellas la que determina la felicidad y la satisfacción.

El desarrollo de la felicidad también está relacionado con el altruismo. Sólo siendo felices nosotros podremos hacer felices a los demás porque todo está interconectado.


Entender la realidad y el origen del sufrimiento también nos permite ver que los demás sufren de la misma forma que nosotros y, como resultado, podremos desarrollar la bondad y compasión hacia ellos.

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lunes, 26 de enero de 2015

MAPA DE LAS EMOCIONES. CUANDO UNA EMOCIÓN SE VUELVE TÓXICA.

Como ya sabemos, las diferentes emociones conllevan cambios en el cerebro y en las sustancias que se liberan. Los niveles de serotonina, por ejemplo, están muy relacionados con el bienestar emocional. Niveles óptimos nos hacen sentir bien y niveles bajos conducen a una dificultad para controlar la ira.
Además, las emociones también tienen un reflejo a nivel energético en el cuerpo, y esta es la base de algunas técnicas terapeúticas como el Reiki o la acupuntura, entre otras.

Estos circuitos tienen un camino de ida y vuelta, el cerebro y la energía producen emociones y estas nos llevan a distintos tipos de respuesta, pero, también la conducta y las emociones producen cambios en el cerebro y la energía como ya hemos visto en post anteriores. (Ver). Esto nos lleva a inferir que la gestión de las emociones nocivas producirá cambios orgánicos que nos harán sentir mejor.

Las emociones no son buenas ni malas, cada una tiene su función en determinadas situaciones y nos ayudan a adaptarnos al medio. El problema ocurre cuando alguna de ellas se vuelve tóxica, entendiendo la toxicidad como algo que no nos permite la adaptación al entorno, más bien al contrario, nos aleja de la realidad y no nos permiten evolucionar. Cuando la emoción se fusiona con nuestro yo y todo lo vemos bajo el prisma de la emoción.
Por ejemplo una persona con apego tóxico será dependiente de los demás y estará constantemente intentando agradar. No pondrá límites a su "altruismo" y tendrá una sensación constante de miedo al abandono. 

David R. Hawkins en su libro “Dejar ir” hace un mapa de las emociones basado en su nivel energético que nos parece interesante como clasificación. El mapa sería el siguiente en orden ascendente, las primeras emociones de la lista tendrían una correspondencia con un nivel reducido de energía y las últimas con niveles más altos. El punto de inflexión para provocar una movilización hacia los niveles más altos es la emoción de coraje. Desde esta emoción la superación de los problemas y conflictos se percibe como posible y nos anima a ponernos en marcha.

EMOCIÓN
VISIÓN DE LA VIDA
Vergüenza
Miserable
Culpa
Maligna
Apatía
Desesperada
Sufrimiento
Trágica
Miedo
Atemorizante
Deseo
Decepcionante
Ira
Antagonista
Orgullo
Exigente
Coraje
Factible
Neutralidad
Satisfactoria
Disposición
Esperanzadora
Aceptación
Armoniosa
Razón
Significativa
Amor
Benigna
Alegría
Completa
Paz
Perfecta

Vergüenza: Se caracteriza por la humillación, como "enrojecer de vergüenza." Tradicionalmente se la ha acompañado con el destierro. Es destructiva para la salud y lleva a la crueldad con uno mismo y los demás.

Culpa: En este campo de energía, uno quiere castigar y ser castigado. Esto conduce al auto-rechazo, el masoquismo, el remordimiento, el "sentirse mal", y el auto-sabotaje. "Todo es error mío". La propensión a los accidentes, la conducta suicida, y la proyección del auto-odio sobre los demás que son "malos" es común. Es la base de muchas enfermedades psicosomáticas.

Apatía: Esta energía se caracteriza por la desesperanza, el hacerse el muerto, estar en "fuga" de los demás, estar inmovilizado, y los sentimientos: "No puedo" y "¿A quién le importa?" La pobreza es común.

Sufrimiento: Hay impotencia, desesperación, pérdida, pesar, y sentimiento de, "Si yo tuviera..." Separación. Depresión. Tristeza. Ser un "perdedor". Tristeza, como un "No puedo seguir."

Miedo: Esta energía ve "peligros", que están en todas partes. "Es evasiva, defensiva, está preocupada por la seguridad, es posesiva, celosa de los demás, inquieta, ansiosa y vigilante.

Deseo: Siempre se busca la ganancia, la adquisición, el placer, y el "obtener" algo que está fuera de uno mismo. Es insaciable, nunca está satisfecha, y anhela. "He de tenerlo". "¡Dame lo que quiero, y dámelo ahora!"

Ira: Esta energía se sobrepone al origen del miedo con la fuerza, las amenazas y el ataque. Es irritable, explosiva, amarga, volátil, y resentida. Le gusta "vengarse", como un "Ya te enseñaré".

Orgullo: "Mi manera es la mejor manera", dice este nivel. Su enfoque es el logro, el deseo de reconocimiento, lo especial, y el perfeccionismo. Se siente "mejor que…” y superior, a los demás.

Coraje: Esta energía, dice, "puedo hacerlo". Está determinada, entusiasmada con la vida, la productividad, la independencia, y el auto-empoderamiento. La acción efectiva es posible.

Neutralidad: Se trata de una forma de vida que es cómoda, práctica y está relativamente libre de emotividad "Se está bien de cualquier manera." Está libre de posiciones rígidas, es no critica, y no competitiva.

Voluntad: Esta energía sirve a la supervivencia en virtud de una actitud positiva que da la bienvenida a todas las expresiones de la vida. Es amable, servicial, quiere ayudar, y trata de estar al servicio.

Aceptación: Esta energía es fácil de llevar, relajada y armoniosa, flexible, incluyente, y libre de resistencias internas. "La vida va bien”. Tú y yo estamos bien. Me siento conectado". Cumples con la vida en los términos de la vida. No hay necesidad de culpar a otros o culpar a la vida.

Razón: Este aspecto distingue a los humanos del mundo animal. Existe la posibilidad de ver las cosas en abstracto, de conceptualizar, de ser objetivos, y tomar decisiones rápidas y correctas. Su utilidad es enorme para la resolución de problemas. La ciencia, la filosofía, la medicina, y la lógica son expresiones de este nivel.

Amor: Una forma de ser que perdona, nutre y apoya. Que no procede de la mente, sino que emana del corazón. El Amor se centra en la esencia de una situación, no en los detalles. Trata las generalidades, y no de las particularidades. A medida que la percepción es reemplazada por la visión, no toma posición y ve el valor intrínseco y la amabilidad de todo lo que existe.

Alegría: El amor que es incondicional e inmutable, a pesar de las circunstancias y las acciones de los demás. El mundo se ilumina con una exquisita belleza, que es vista en todas las cosas. La perfección de la creación es evidente por sí misma. Hay una cercanía a la unidad y al descubrimiento del Ser; compasión por todo; enorme paciencia; sentimiento de unidad con los demás y preocupación por su felicidad. Una sensación de auto-realización y auto-suficiencia prevalece.

Paz: estado de no-dualidad más allá de la separación y más allá del intelecto, en tanto que "paz que sobrepasa todo entendimiento". Se describe como Iluminación y Entendimiento. 

Post relacionados:





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miércoles, 14 de enero de 2015

CREENCIAS LIMITANTES. NUESTRA ZONA DE "SOMBRA".

Sabemos que una mayoría de nuestras conductas se generan de manera inconsciente motivadas por los patrones de conducta aprendidos a lo largo de la vida. Algunos de estos patrones los aceptamos y los traemos a la consciencia, pero hay otros, aquellos que rechazamos porque se oponen a los valores culturales y personales, los evitamos, preferimos no mirarlos, aún cuando son el motor de la mayor parte de nuestros conflictos personales y de relación con los otros y con nosotros mismos. Estas creencias limitantes, estas emociones ocultas, es lo que compone lo que Carl Jung la zona de "sombra", una zona que tenemos todos los seres humanos que llamó "inconsciente colectivo". 



“Si el cuerpo está recto, qué más da que la sombra esté torcida”
Proverbio chino

Uno de los miedos más desconocidos y menos aceptados es el miedo a lo que Carl Jung denominó “sombra”, esa zona que no estamos dispuestos a ver y de la que no queremos apropiarnos pero que solemos proyectar en los demás y que puede distorsionar la relación con los demás.

Reconocer la zona de sombra, admitir y aceptar lo que no nos gusta de nosotros mismos, es vital para la sanación. Simplemente se trata de reconocer la presencia de pensamientos e impulsos, reconocerlos y aceptarlos para que se vuelvan silenciosos y no nos dominen inconscientemente. Una vez vista y reconocida la sombra pierde su poder sobre nosotros.

Uno de los mayores obstáculos para reconocer la zona de sombra es el deseo de aprobación, tanto de los demás como de nuestros valores. En este punto es conveniente recordar que Carl Jung llamó “inconsciente colectivo” a lo que está dentro de la sombra. Si somos honestos con nosotros mismos encontraremos en nuestro interior emociones no “deseables” compartidas con todos los demás. Todo el mundo tiene miedo a que le consideren tonto, feo, antipático o fracasado, o a admitir sus impulsos más destructivos.

Se necesita mucha energía para mantener oculta la sombra con el objetivo de suprimir el miedo a mirarle a la cara, nuestra energía se agota y volvemos a los niveles inferiores de la escala emocional. Además, como dijo el propio Carl Jung “lo que no queremos saber de nosotros mismos acaba por llegar del exterior como un destino”. En muchas ocasiones lo que nos molesta de los otros, lo que nos sitúa en una posición de víctima, es aquello que rechazamos de nosotros mismos.
En el nivel de la conciencia lo semejante atrae a lo semejante por lo que el miedo atrae nuevos miedos, nuestra vida será el resultado de estos miedos y las medidas defensivas continuas que ponemos en marcha para evitarlo. Intentar ahuyentar los miedos haciéndoles frente produce una inmensa liberación. 

El miedo continuado y crónico se refleja en la alegría de vivir, en nuestro rostro y nuestro aspecto además de que se puede convertir en el origen de muchas enfermedades. El miedo crónico suprime gradualmente las funciones del sistema inmunológico.

Entonces, si sabemos todo esto, ¿por qué nos aferramos al miedo? Porque al ser una emoción básica de supervivencia, inconscientemente lo asociamos con la supervivencia, nos da la sensación de que si abandonamos el miedo nos volvemos vulnerables pero la realidad es que los miedos asociados a situaciones no potencialmente peligrosas nos llevan a lo contrario. El miedo, y como veremos más adelante la culpa, provocan la enfermedad y el fracaso en la vida.


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martes, 30 de diciembre de 2014

GESTIÓN EMOCIONAL. CÓMO AFRONTAR LAS EMOCIONES

Las EMOCIONES constituyen la guía de nuestros comportamientos, conductas y nuestra manera de interpretar el mundo y la realidad.

Antes de leer este post recomiendo la lectura de este otro para poder entender el origen y significado de las emociones. (Psicología de las emociones).

MINDFULNESS Y EMOCIÓN

Algunas emociones son realistas y constructivas y otras no, por lo tanto, algunas hay que cultivarlas en el camino y otras hay que abandonarlas.

El Mindfulness se basa en contrarrestrar las emociones difíciles tales como la ira, el apego, la envidia y el orgullo trabajando con técnicas que cultivan el amor y la compasión (la autocompasión cobra mucha relevancia).
El amor se entiende como el deseo de que todos los demás disfruten de felicidad y la compasión sería el deseo de que se liberen del sufrimiento y sus causas.

De acuerdo con el Budismo, la mejor manera de trabajar con las emociones perturbadoras es una especie de “camino medio” entre dos maneras no hábiles de tratarlas (como dos extremos):
Suprimir o negar nuestras emociones
Dejar que nuestras mentes sean controladas por nuestras emociones y actuar acordemente

La gestión de las emociones desde el MINDFULNESS incluye incluye:
Reconocer su existencia (por ejemplo, admitir que estamos con rabia cuando estamos con rabia) Evitar suprimirlas
Trabajar con ellas en nuestra mente para bien sea disolverlas o transformar la mente en un estado más positivo (al hacer esto evitamos caer en ellas)
Al aplicar este “camino medio” podemos evitar causarnos daño a nosotros mismos y a los demás


ALGUNOS FORMAS GENERALES DE TRATAR LAS EMOCIONES

1) Atención o autoconciencia
Cuando nos damos cuenta de la aparición de una emoción en nuestra mente (como es el caso de la ira), podremos controlarla y manejarla de una manera más efectiva.
A través de una práctica regular de meditación, nuestra mente puede estar más calmada y menos dispuesta a reaccionar con ira.

2) Recordar la naturaleza de la mente
La mente es clara, no es algo físico; una corriente de eventos mentales que surgen y se van.
Estos eventos mentales –pensamientos, emociones, etc.- son transitorios: aparecen y desaparecen, van y vienen; no son entidades fijas permanentes.
Puede ser útil pensar que ellos son como nubes en el cielo que vienen y se van; como sueños, como arco iris, o como ondas que emergen del mar y caen en él.
También puede ser útil aprender a desidentificarse de las emociones. Por ejemplo, en lugar de pensar “estoy con ira” pensar más bien “la ira está en mi mente”; esto le da menos poder a la emoción sobre nosotros y podemos manejarla de manera más objetiva.

3) No hacer juicios
Podremos notar que tendemos a que algunos pensamientos y emociones nos gusten y que otros nos disgusten. Esto conduce al apego / asimiento y a la aversión / rechazo. Cuando nuestra mente está atrapada en el apego y en la aversión ésta no está en paz.
En lugar de esto, es mejor cultivar un sentido de ecuanimidad: una conciencia amorosa, que no hace juicios y que acepta lo que sea que surja en la mente

LOS SIETE PELDAÑOS DEL EQUILIBRIO EMOCIONAL. Cómo afrontar las emociones difíciles.
Se trata de transformar la energía emocional en resultados positivos: una mejor comprensión de la situación, aumento del auto-cuidado y una conducta más apropiada al estímulo que sea constructiva en las situaciones difíciles.
1. Pararse.
2. Respirar hondo, serenarse.
3. Tomar conciencia de la emoción.
4. Aceptar la emoción.
5. Darnos cariño (autocompasión)
6. Soltar la emoción, dejar ir.
7. Actuar o no, según las circunstancias.

1.PARARSE:
Al notar un emoción intensa y desagradable hacer una pausa y concentrar la atención en esa emoción que está empezando a producirse.
Es el punto más difícil porque el condicionamiento nos lleva a actuar impulsivamente. Al principio cuesta pero con la práctica se convierte en hábito.

2.RESPIRAR HONDO PARA SERENARSE
Resulta útil llevar la atención a la respiración y al cuerpo, a las zonas en las que se manifiesta la emoción, para ser conscientes de lo que está pasando. Si estamos muy excitados es aconsejable respirar hondo un par de veces para rebajar la activación.

3.TOMAR CONCIENCIA DE LA EMOCIÓN
Nos fijamos en los cambios corporales que hemos detectado en el paso anterior y nos fijamos en ellos con detenimiento.
Después, pasamos a observar qué situación o situaciones los desencadenan: ¿qué persona o personas?, ¿qué frase o pensamiento?, ¿qué recuerdo o imaginación?. Con esto detectamos cuáles son los aspectos clave, qué estímulo la desencadena.
Posteriormente le damos un nombre a la emoción. ¿Es rabia, miedo, tristeza, vergüenza? Cuando etiquetamos la emoción ésta pierde fuerza. 
Y finalmente nos preguntamos, Si la emoción pudiera hablar, ¿qué diría? ¿qué expresaría? ¿qué necesidad revela? ¿qué nos impulsa a hacer?
En definitiva se trata de diseccionar y observar todo el proceso mental y corporal que compone la experiencia emocional.

4.ACEPTAR LA EMOCIÓN
Aceptar esa emoción y lo que nos hace sentir sin resistencia, permitiendo que aparezca y sintiéndola y observándola.
Al principio sentiremos aversión y somos conscientes de este rechazo que nos provoca la situación, pero en lugar de evitarlo y poner resistencia, dejamos que se manifieste con total amplitud, que vaya ocupando todo el espacio que necesite para expresarse con libertad. Es una parte de nuestra realidad y la aceptamos.

5.DARNOS CARIÑO (autocompasión)
No nos vemos como víctimas de la situación ni nos observamos con pena, no sucumbimos a los sentimientos de dolor, impotencia, rabia o vergüenza. Hay una parte de nosotros que nos incita a quedarnos en esa resistencia, a quedarnos en la emoción, si nos quedamos aquí estaremos atascados y la emoción no progresará. Si este es el caso nos puede ayudar respirar hondo un par de veces.
Una vez que hemos salido trataremos de conectar con la parte que todavía está íntegra y sana, esa parte que todavía puede funcionar con amor y ternura. Si nos es imposible, podemos recurrir a  una figura externa, una persona o animal que nos suscite estos sentimientos o bien repetir alguna frase del estilo “que yo sea capaz de ser feliz, que se me pase este sufrimiento, que encuentre la paz”.

6.DEJAR IR.
Como las emociones tienen una base física, si no nos detenemos en ella, desaparecerá. Las emociones sólo se alimentan del círculo vicioso pensamiento-emoción-pensamiento-emoción.
A medida que va disminuyendo en intensidad nos empezamos a desidentificar con ella. Pensamos que no somos la emoción y puede ayudarnos la frase “tengo esta emoción pero no soy la emoción”. Si no la alimentamos con el pensamiento y la resistencia nos despegamos de ella y la dejamos ir.

7.ACTUAR O NO.
Una vez que ha pasado la tormenta es posible que haya que actuar o no. Si es necesario actuar, ahora estaremos en mejores situaciones. Hay que darse tiempo para actuar de la manera correcta.
Metáforas: la madre que acuna al niño y cocer una patata: Consciencia, aceptación, cariño y tiempo.
Si expresamos este proceso en términos neurofisiológicos lo que estamos haciendo es activar las áreas prefrontales (conciencia) para que estas modulen la actividad del sistema límbico. Cambiar el circuito corto por el largo.